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Corea del Norte

Viajes

“El hombre es, ciertamente, un ente material, pero no un ente cualquiera sino e más desarrollado,
una creación especial de la evolución del mundo material.”



Estatuas de Mununseok en la Tumba del Rey Kongmin Corea del norte

I. JUCHE

«Que el hombre es dueño de todo significa que es dueño del mundo y de su propio destino, y que él lo decide todo quiere decir que desempeña un papel decisivo en la transformación del mundo y en la fragua de su propio destino. [...]
El hombre es, ciertamente, un ente material, pero no un ente cualquiera sino el más desarrollado, una creación especial de la evolución del mundo material.»


II. SIN ALMA

Opuesto a occidente, el «homo sapiens», aquí es el centro del universo, el súper hombre, no existe nadie más poderoso que él. Está por encima de la naturaleza y el universo, y como todopoderoso, puede decidir por su destino. Aquí, en este país de cadencia, simetría y juramentos no existe el espíritu ni el alma, existe la constancia, la disciplina y el trabajo: yo soy y lo puedo todo.


III. GRIS

Gris. Es curioso que recuerde a Corea del Norte de color gris, porque no lo es, hay color, y a veces abundante. Creo que son sus piedras, las piedras de sus grandes monumentos, su particular arquitectura megalómana y la bruma, eso, la niebla de la mañana. Pero sí, Corea del Norte encierra un tipo de belleza muy peculiar, una belleza extraterrestre, gris y extraterrestre, que viste a este país como si se tratara de un traje a medida en el daltonismo emocional.

IV. EL EXPLORADOR

Yo llegué como si se tratara de un explorador del siglo XVIII con su cámara de fotografía, un geógrafo romántico con ganas de aventura exótica. Yo sabía que ese lugar existía, y quería ir. Es como viajar al Berlín de los años treinta, vivir en primera persona su sistema de símbolos, su propaganda y estética del poder. Otro tipo de belleza, más difícil de digerir, pero no por ello belleza.


Hotel Ryugyong Edificio 105 rascacielo en Pionyang Corea del Norte

V. LA PRIMERA NOCHE

Es temprano todavía, y estás ya en la confortable cama del Hotel Koryo, se te van cerrando los ojos lentamente mientras que en la KCTV, Kim Jong-un dejó de enseñar cosas y ahora sólo ondea al viento la bandera del país con el himno norcoreano de fondo. Es tu primera noche en Corea del Norte y parecía que nunca llegaría. ¿Con qué se sueña en este lugar? Tenía curiosidad por saber cual sería mi primer pensamiento al despertar en el último bastión comunista del planeta. Duermo...

VI. LA MAÑANA


Y como casi siempre, la primera vez que duermes a miles y miles de kilómetros de tu hogar, despiertas de golpe, sin acordarte de nada, en una bruma absoluta, sin recuerdo alguno. Te levantas lentamente, vas andando torpemente, retiras la cortina y abres las grandes ventanas de la habitación número veintitrés en la planta vigésimo primera. ¿Y qué ves? Una niebla espesa que rodea unos espigados edificios de color pastel, verde, rosa, azul; un sonido extraño envolvente, tipo alienígena, como de otro mundo, que no se sabe de donde proviene. Y de fondo, como siempre, la gran Torre Juche que lo vigila todo con su llama roja artificial todavía encendida. 

VII. LA OSCURIDAD

La oscuridad es otro hechizo propio del país. La verdad no sabría como calificarlo, pero me cautiva. Cuando cae la tarde en Pyongyang empiezas a creer que estás inmerso en una especie de sueño profundo. Vas paseado por sus calles y las personas pasan a tu lado a veces sin saber muy bien identificar su sexo o edad. Entonces no te queda otra que aguzar el oído. Otras personas en cambio llevan linternas, y el escenario resultante es parecido al de una caza de un forajido en un bosque oscuro. En sus grandes rascacielos sólo se iluminan algunas ventanas con una débil luz. Lo único determinantemente iluminado son las pasmosas fotos de los amados lideres.

VIII. LA MIRADA

Ellos te hablan y te miran, pero parece que miran y hablan a otra persona que está justamente detrás tuya. Te das cuenta que no es así porque después te preguntan pronunciando tu nombre. Entonces llegas a la conclusión de que esa sensación tuya es errónea, y es debido al grado de concentración que poseen, tanto para lo que expresan como para lo que manifiestan. El grado de concentración, atención y disciplina es único en el país de la simetría y la oscuridad.




Imagen de campo y pueblos en el interior de Corea del Norte

IX. ELLAS

Las mujeres norcoreanas parecen que han vivido un millón de años. Tienen la belleza de una mujer sabia, trabajadora, que lo puede y lo sabe todo. Su tez es opaca y tersa, tienen un mate que hace que la luz se refleje en su piel con una calidez especial. Cuando te miran parece que lo hacen pare comprobar que grado de esfuerzo y compromiso posees como hombre en el mundo; me fijo en sus ojos asiáticos, tienen unas preciosas y leves arrugas que las hacen genuinas. La belleza del trabajo y el esfuerzo.


X. EL FIN JUSTIFICADOR

Si me preguntas por qué viajé a ese extraño lugar del que tanto hablan en todos los medios de comunicación fue por: El deseo de conocer lo que pocos conocen; el sentimiento de riesgo que desata lo desconocido; buscar la desconexión con lo que te rodea y te une; convertirte en un explorador en un mundo globalizado hasta la medula; querer saber como mira una norcoreana en suelo norcoreano y ser curioso hasta los últimos y frágiles segundos de tu vida... es por eso que fui a Corea del Norte.




Camera: Canon 5D Mark II. Objective: Sigma 35mm F1.4 DG HSM Art.
Editing: Adobe After Effects CC 2014 with Warp Stabilizer VFX. Color grading: Magic Bullet Film.
Music: The Original Song of Arirang. Jisoo LEE & LONDON SYMPHONY ORCHESTRA. VOCAL Nani Kim





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